01 mayo 2014
Beltane y el espino blanco
29 agosto 2013
Secretos del paisaje irlandés - Documental y libro
‘Secrets of the Irish Landscape’ es el título de un documental realizado este mismo año por la RTÉ –la televisión pública irlandesa– en el que se intenta dar una interpretación del paisaje del país desde sus múltiples facetas histórica, geológica, biológica, geográfica, social,… siguiendo siempre una perspectiva absolutamente rigurosa. Ya en su época de emisión en el pasado mayo obtuvo grandísimas críticas gracias a su fantástica combinación de exactitud, altísima calidad y entretenimiento. El éxito ha continuado con la publicación de un libro que rápidamente se convirtió en best-seller en las librerías de la isla esmeralda.
Posiblemente este sea el mejor documental que se ha realizado sobre Irlanda en muchísimo tiempo y lo mejor es que –de momento- se puede encontrar gratis en internet. Y recalco ‘de momento’ porque tengo la impresión de que esta pieza va a durar menos en Youtube que un caramelo a la puerta del colegio. No hace falta ser un genio del marketing para imaginar que los creadores sacarán una versión en DVD muy pronto, posiblemente antes de Navidades y bueno, seguro que no les hará mucha gracia que esté al alcance de todo el mundo…
02 marzo 2013
El valle de las ovejas de cuernos púrpura
En el límite donde se unen los condados de Kerry y Cork se encuentra una carretera escondida que hace de ‘paso fronterizo’ entre las localidades de Kilgarvan (cerca de Kenmare) y la de Ballylickey (en West Cork). Esta ruta rural poco transitada atraviesa por espacio de unos 25 kilómetros el paisaje interior, de belleza extraña e hipnótica, que se asienta entre ambos condados y se ofrece, sin duda, como una alternativa a considerar en el caso de que se visiten las proximidades. Una elección diferente a la archiconocida N-71 y de paso se le da una oportunidad a un escenario poco común y no exento de sorpresas.
21 febrero 2012
El Parque Nacional de Connemara
Connemara again! Sí, volvemos a Connemara porque quedaban un par de temas pendientes, entre ellos realizar un post sobre el Parque Nacional, algo que se había adelantado en su momento, pero que se ha ido retrasando hasta hoy, así que vamos a ello…
Era lógico pensar que esta región de características especiales estuviese protegida ya que de alguna forma hay que preservar este ecosistema de turberas, lagos, páramos y brezales encajados entre montañas al lado del mar, por ello, desde el año 1980, Connemara está encuadrado dentro de la red de parques nacionales irlandeses que incluye otras cinco áreas del país.
La superficie del mismo no es amplia, unas 3000 hectáreas, y por contra de lo que se puede creer, no engloba algunos de los rincones más recónditos y de difícil acceso de la región de Connemara, por citar un ejemplo, sólo incluye 4 de los 12 picos de la sierra de las Twelve Bens. Y ahora que nombro esta cadena montañosa, les adelanto que algunos de los términos geográficos, pueblos y lugares que se mencionarán ya se han visto en entradas anteriores y, cómo no quiero repetir información, lo mejor es dejar los enlaces en caso de que les apetezca consultarlos de nuevo: Sky Road de Clifden, Sombras y Luces de Connemara I y II
Al Parque Nacional de Connemara se accede desde el pueblo de Letterfrack, al lado mismo de la Abadía de Kylemore, a unos 15 minutos en coche de Clifden y, dependiendo de por que vía se opte, más o menos a una hora / hora y cuarto de la ciudad de Galway.
Las instalaciones
La carretera dentro del parque es minúscula y el coche hay que dejarlo en el Centro de Visitantes; si se quiere explorar más debe hacerse a pie (no estoy seguro de que se puede montar a caballo o utilizar bici). Con el Centro de Interpretación hay que andar con cuidado porque uno puede despreocuparse y acabar consumiendo media jornada sin apartarse de las comodidades que ofrece: edificios antiguos que han sido restaurados para disfrute del público; paneles de interpretación, audiovisuales, cafetería, tienda, merendero, zona de juegos y hasta un pequeño prado en el que se puede interactuar con los populares ponies de Connemara,…y todo, con personal muy amistoso y servicial.
Si no se conoce la región, el lugar es una buena forma de introducirse en ella: aprender algo sobre la historia, los antiguos asentamientos humanos, la geología, la flora y la fauna y su importancia en el paisaje: no crean que sólo hay caballos y ovejas en el P.N. de Connemara, además habitan en él gran cantidad de aves, pequeños mamíferos e incluso ciervos. También es posible acogerse a alguna visita guiada de las que se ofrecen en ciertos días.
Para los turistas hay además una serie de folletos (en varias idiomas, en español también) con los cuales es más sencillo asimilar toda la información. Si están interesados, está completito en la página oficial del parque: http://www.connemaranationalpark.ie/espanol.html (y mejor aún, en su versión PDF).
Los alrededores
Pues una vez instruidos con los conocimientos esenciales sobre la zona, llega el momento de sumergirse en los caminos del parque y aquí es fácil tomar decisiones porque la red de senderos es muy discreta, de hecho, a excepción de una, todos las rutas son cortas y accesibles: incluso si sumásemos varias de ellas como Ellis Wood, Bog Road y Sruffanboy Walk no daría ni para un par de horas, pero no por ello, exentas de atractivos y de vistas extraordinarias
(Como se nota que las fotos están hechas en días diferentes), …lo que me lleva a comentarles que, aunque el parque esté abierto todo el año, la mejor época para visitarlo es durante la primavera o el verano, no sólo porque las condiciones climatológicas sean más benignas, sino porque el Centro de Interpretación del parque, (gratuito, todo hay que decirlo), únicamente está operativo entre los meses de marzo y octubre.
Y para acabar…
Me quedan un par de detalles que contarles: el primero, el curioso nombre del río que atraviesa el corazón del parque, que la verdad, no se de que me extraño con la de ejemplos de sitios irlandeses bautizados con términos rarunos. ¿Preparados? Allá va: …de los creadores del vecino lago Pollacapull, nos llega ahora el río Polladirk (sí, lo sé, si se cambia una letRa por otra Consonante, acabamos con una palabra compuesta cuyas partes por separado significan lo mismo en dos idiomas). Buff, menudo trabalenguas penoso y sólo por hacer un chiste…
Y por último, he dejado quizás la guinda del pastel de este Parque Nacional y su Centro de Visitantes y que no es otra que el pequeño pico que pueden ver en la primera foto y que aquí les descubro de nuevo, …que no cunda el pánico, su nombre, bastante ortodoxo, no lleva implícita ninguna polla palabra malsonante. Les presento a la Diamond Hill.
A las montañas como ésta no se las puede mirar durante mucho tiempo porque hablan,…sí, en serio, …hablan y te dicen cosas como: “Seguro que no te atreves a subir”, “te podría brindar un panorama como el que jamás soñaste, pero tú no tienes lo que hay que tener“, “qué cobarde, se te ven las plumas, ¡gallina!”…y, en fin, más comentarios por el estilo. Y, claro, uno, que ‘no es de piedra’, termina por no escuchar a la razón y sucumbir al reto, sin importar que todo, absolutamente todo, estuviese en contra en aquel maldito día…
¿Que habrá ocurrido? ¿Al calvo le ha vuelto a dar mal de altura? ¿Será tan tormentoso como la saga de Gougane Barra? No lo sé, tendrán que juzgar ustedes mismos, para ello les emplazo a que compartan en los siguientes posts ‘Diamond Hill: mi dramática experiencia en la montaña’, así, a lo Krakauer.
(No les quiero fastidiar el desenlace, pero al final, sobreviví…).
13 diciembre 2011
Las luces de Connemara (I)
Dejando atrás los claroscuros y el paisaje enigmático de la Connemara de la entrada anterior, que es la atmósfera que se vive la mayor parte del año, pasamos a mostrar cómo se presenta esta tierra cuando es la luz la que gobierna. A mi entender, la región es muchísimo más atractiva cuando predominan las sombras, pero aunque no se lo crean, no siempre está brumoso en Irlanda y además estoy seguro que habrá mucha gente que prefiera recorrer el área sin la presencia de los clásicos nubarrones negros siempre amenazantes. Por ello, hemos guardado para este post las fotos más luminosas, pero también aprovecharemos para continuar con la descripción del territorio y además desvelar algunos de los secretos que reserva.
Empezaremos por aludir a uno de los rasgos distintivos de Connemara, el conocido como 'pony de Connemara'. Una raza equina endémica de la zona y cuyo origen es materia de discusión: están los que opinan que fueron introducidos por los vikingos y otros aseguran que fueron algunos caballos procedentes de los galeones de la Armada Invencible los que se mezclaron con la raza nativa y dieron lugar e estos ejemplares achaparrados. Sería curioso, después de todo, que el pony de Connemara tuviese 'ADN español', andaluz para ser más concreto.
De vez en cuando es posible avistar alguno que otro, pero si creen que van a encontrar decenas de trotones pastando por las laderas, ya les digo que, a pesar de la fama, el auténtico animal predominante de Connemara no es el pony sino, adivinen...las ovejas. La relación debe ser de 1 a 1000, estas sí que son las verdaderas dueñas de la montaña, del campo y del asfalto...Si conducen por algunos de los tramos internos de la región, estén preparados para toparse con auténticos atascos ovinos. Estos detalles también contribuyen a la magia del lugar.
El lago Derryclare con varios de los gigantes pétreos de las Twelve Bens detrás. Estoy de acuerdo de que este clima benigno es idóneo para una jornada de senderismo sin sobresaltos, eso sí, es más complicado buscarle el lado romántico al paisaje.
El lago Kylemore.
Kylemore es un sector con luz propia dentro de Connemara. Es el término con el que se designa a una vasta zona con su propio lago, pero sobre todo da nombre al edificio más popular y fotografiado del territorio, la Abadía de Kylemore. Ya se dejaba ver un poco en una de las fotos de la entrada anterior, pero aquí se muestra en todo su esplendor.
Una edificación neogótica del siglo XIX con forma de castillo, que en su inicio fue para uso residencial y recreativo de un terrateniente inglés y que con los años terminó por transformarse en un convento, de ahí el término de abadía. La belleza del emplazamiento está fuera de toda duda y la historia del lugar es muy entretenida, por tanto, la dejaremos pendiente para una futura entrada en exclusiva...Bueno, esa no es la única razón para postergar la información sobre la abadía, les voy a contar un secreto: me he entretenido por los alrededores y he sacado fotografías desde el exterior, pero aún no la he visitado, por un motivo u otro siempre que voy, me quedo sin tiempo, pero en fin, es la excusa perfecta para volver a dejarse caer por Connemara en el futuro (¡ni que necesitase un pretexto!).
Antes de terminar,(de nuevo me he alargado y tendré que dividir el post), quiero comentarles un dato sorprendente: la abadía de Kylemore no se levanta a orillas del lago Kylemore (en muchos guías está expresado de forma errónea, sin embargo, el Lough Kylemore está un poquito más alejado en dirección este), por contra, el lago que se ve en las fotos, aunque pequeño, posee su propio nombre -Pollacappull- . Poco más se puede decir de esta palabra ¿verdad?, y si por casualidad desean añadir algo, por favor, que no sea una letra O.
20 febrero 2011
El Gearagh del río Lee
El río Lee ha sido nombrado unas cuantas veces en el blog, pero nunca le habíamos dedicado una entrada y bien lo merece porque a lo largo de todo su recorrido brinda algunos rincones bastante interesantes, pero vayamos por partes:
El Lee nace en la sierra de las Shehy, un grupo de montañas que encierra el circo de Gougane Barra (ese lugar con un toque místico, paraíso de religiosos y senderistas, que ha sido evocado en numerosas entradas). Vamos a poner una foto, para acordarnos.
Casi desde el inicio de su camino, el Lee recibe tributos de las aguas de algunos afluentes menores, fluye partiendo el condado en dos mitades y va descendiendo hasta desembocar en la ciudad de Cobh, el puerto que le dijo el último adiós a Leonardo di Caprio.
En sus casi 100 kms. de recorrido, el río cruza desde pueblos de habla gaélica, como Ballingeary, que posee su propia Facultad de Lengua Irlandesa, hasta la histórica y pintoresca localidad de Macroom, de la cual hablaré en la próxima entrada.
Aquí dejo una foto de su paso por esta última (en realidad es el pequeño río Sullane, aunque se considera parte del entramado fluvial del Lee).
En su trayecto, el río se abre en ocasiones para formar lagos y también diversos embalses como los de Carrigadrohid e Inniscarra, donde la empresa ESB, la misma a la que le pago religiosamente mis facturas cada dos meses, utiliza la corriente del Lee para provecho hidroeléctrico.
Por último y antes de morir en Cobh, el río atraviesa la ‘bulliciosa y siempre entretenida’ ciudad de Cork a la que da un toque de color (gris). Eso por no hablar de las inundaciones de finales del 2009 en las que el caudal alcanzó proporciones bíblicas, desbordándose y dejando la capital del condado hecha unos zorros durante semanas.
Todo el valle del Lee es popular por su riqueza de fauna (tanto de aves a lo largo de la ribera, como de peces, sobre todo salmón y truchas, pero además el río alberga rincones de gran belleza natural, como el ya conocido Gougane Barra, o también el rincón que les presento ahora, el Gearagh.
Este vocablo gaélico, contracción de ‘An Gaorthadh’ viene a significar ‘río de madera’ y eso es más o menos lo que se puede encontrar. Un área de marismas que se mezclan con abundante vegetación y que alojan los restos de un bosque prehistórico de robles que data de finales de la última glaciación, y del que aún permanecen muchos troncos en perfecto estado de conservación, a pesar de que descansan sumergidos buena parte del año.
El paisaje cambia bastante de una estación a otra.
En invierno el agua no es tan abundante y la atmósfera es un tanto fantasmagórica. En algunos detalles me recuerda a la sabana africana.
En verano cambia por completo el panorama.
Además hay una lengua estrecha de tierra que atraviesa la laguna y por la que se puede pasear a través un sendero muy bien acondicionado.
Parece obvio que es más apetecible visitar este lugar cuando hace más calorcito, pero independientemente del momento, la visión de los restos de este bosque primitivo y pasear por sus alrededores impresiona bastante.
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Toda el área forma parte de una reserva natural protegida, no obstante, los terrenos pertenecen a la empresa eléctrica ESB. Con estos asuntos nunca se sabe, esperemos que impere el sentido común sobre posibles intereses económicos, pero lamentablemente siempre quedará un punto de incertidumbre sobre su futuro.
20 enero 2011
Arañas vs Barney
En mi último día de las ‘vacaciones’ en Gran Canaria, y a sugerencia de algunas personas, me he animado a dejar una entrada con algunas de las fotos sacadas durante el 2010 y que nunca fueron publicadas en el blog.
Como eran muchas, opté por dejar de lado todas las de vacaciones, paisajes y nieve (que de esas ya han visto demasiadas) y al final, me ha quedado un grupito dedicado casi en exclusividad a la fauna. Puede que alguna esté repetida (una de las de las arañas, creo recordar), espero que las demás les resulten curiosas o divertidas , al menos esa es la intención.
Arañas
Todas las fotos son de ejemplares diferentes. Presten atención al tamaño de algunos de ellos, como en la foto en la que el ratón del ordenador sirve de referencia.
Estas son del exterior, pero las pillé ‘in fraganti’, a punto de colarse por la puerta.
Todos los arácnidos fueron atrapados con una aspiradora e invitados a rehacer su ciclo biológico en una zona bastante lejana del jardín.
Vamos ahora con otro bicho igual de peludo pero más fotogénico:
Da igual que sea arena o nieve, le gusta más escarbar un hoyo que comer.
Y como lo lleves de paseo, no sé de dónde saca toda la energía para estar siempre jugando.
Eso sí, al final del día, el perro acaba como acaba.
En esta última imagen parezco más ‘fuertecito’, pero se debe al ángulo, a la perspectiva…Y si no, fíjense en Barney que parece un San Bernardo. En cualquier caso, me gusta porque es la típica estampa entrañable.
Ahora, para retrato íntimo, mejor sería este:De las cabras, tengo muchas fotos, pero ésta es de lo más llamativa. La barba congelada después de una noche de clima ártico.
Por cierto, una primicia: parece ser que lo de que estaban preñadas era una falsa alarma. Fue todo un embarazo psicológico. Hay que entenderlas, no están acostumbradas a visitas foráneas.
En algún lugar, alguien habrá soltado un suspiro de alivio.
Termino con una foto sacada en la Península de Dingle, en concreto, en el Oratorio de Gallarus. Resulta que elegimos un mal momento para visitar el lugar ya que justo antes desembarcó una guagua repleta de pensionistas escandinavos…y, claro, con lo pequeño que es el sitio y lo curiosos que estos son, pues en uno de mis intentos de sacar una foto del paisaje desde el interior de la iglesia, me sucedió que…
…inmortalicé a una vikinga jubilada…
09 noviembre 2010
La costa de Rosscarbery
Esta entrada se me quedó a medias hace casi dos meses, previa a mi visita a Gran Canaria y justo antes de que me entregara en cuerpo y alma a mi tarea de guía turístico para el más chabacano ilustre de los visitantes.
Con esto, intento completar los capítulos dedicados a este pueblo, que no sólo tiene buenos restaurantes y menhires escondidos, sino un litoral verdaderamente grandioso. Hubiese sido muy injusto de mi parte obviar esta zona en la que he empleado tantas horas de mi tiempo libre haciendo ejercicio, leyendo, escuchando música, pero sobre todo, paseando.
Aunque ya ha sido comentado aquí en el blog, pero probablemente no se acuerden, el pueblo de Rosscarbery se une al mar a través de dos lagunas con un caudal variable dependiendo de las mareas y que tienen como punto común, sobre todo la más cercana a la costa, que son la base de una reserva de aves (autóctonas y migratorias) bastante importante, que la convierten en un auténtico paraíso para los amantes de la ornitología (también de la fotografía y los documentales).
Yo, de pájaros, entiendo poco, pero sí es cierto que abundan y que destacan sobre todo, o al menos es mi preferencia, las gaviotas árticas y los cisnes.
Por aquello de compensar de que hablo poco en el blog sobre fauna, he hecho una traducción de las criaturas que se pueden avistar en estas marismas y aledaños (como dije, algunas son residentes y otras proceden sobre todo de Groenlandia e Islandia, para quedarse temporalmente y pasar un invierno ‘más templado’). Podemos encontrar: cuervos grises, chorlitos dorados, avefrías, patos de varios tipos (cercetas y también azulones), gaviotas reidoras (parecidas a las pardelas), garzas, ostreros, cormoranes, chochas perdices (me encanta este nombre, pero es que lo busqué en la wikipedia y los demás apelativos son a cual más gracioso: becada, sorda o gallinuela). Hay muchísimas más especies de aves, pero creo que con este resumen vamos sobrados. Aparte, también podemos toparnos con pequeños mamíferos como nutrias y visones (yo no he visto ninguno) y, en la línea costera, focas grises.
Esta reserva natural queda encajada entre el pueblo y el Atlántico y encerrada entre colinas que al tocar el borde marítimo se convierten en acantilados no muy altos. Hay algunas casas en las dos vertientes y unas pistas asfaltadas sin salida que van una por cada lado: la principal, hacia la playa y el campo de golf y la otra, mi preferida, la que llega hasta un pequeño muelle abandonado.
Esta carreterita, que se recorre en una media hora desde el pueblo, es el lugar perfecto para echarse un paseo de relajación, con el aliciente de vistas siempre reconfortantes, como la antigua Casa del Guardacostas:
…o el barquito rojo que parece estar siempre deseando que alguien lo invite a dar una vuelta:
…y, por último, la playa de Rosscarbery vista desde el muelle:
Esta foto fue tomada en verano, pero como ven, la gente no tiene complejos para darse un chapuzón.
Desde aquí hay una ruta a pie que bordea los roquedales y en la que es muy común encontrar a pescadores. Aprovecho para rememorar el mes de Agosto del año pasado, en el que mi más que renombrado casero y yo, nos compramos una caña de pescar entre los dos (que mala idea) y vinimos un par de veces a esta zona para probar suerte y de 7 u 8 lances que echamos, perdimos como 5 anzuelos por culpa de los sebadales y de no conocer el fondo (frustrante, fue una de esas entradas del blog que nunca llegaron a ver la luz).
Partiendo de esta última foto y en dirección este, los acantilados van abriéndose ocasionalmente para formar pequeñas calas y por último desaparecer al llegar a la ensenada de Ownahincha, que es en realidad un grupo de tres playas (Ownahincha, Little Island y Long Strand): la primera más turística, la segunda minúscula, la tercera, extensa y peligrosa, pero bucólica como ninguna.
Ya saben mi gusto por mostrar el mismo lugar en distintos momentos y éste no se va a quedar atrás:
Un día apacible
Un día de ventisca
En las fotos de arriba, en primer plano, se puede adivinar algo del campo de dunas de Castlefreke, cubierto totalmente de vegetación y con varios senderos que discurren paralelos a la orilla. Desde esta zona se pueden contemplar las ruinas del cercano castillo de nombre homónimo y el pequeño lago de Kilkeran.
El itinerario por la costa de Roscarbery continúa desviándonos hacia el cabo de Galley Head, con su faro del s.XIX (que se puede visitar disponiendo del permiso correspondiente).
Y para terminar, nos volvemos a remojar los pies en otro paseo por un lugar que podría competir en belleza y aislamiento con la antes mencionadas Long Strand y Ownahincha, la recóndita playa de Redstrand.
¿Por qué será que vaya donde vaya, sigo descubriendo la misma silueta familiar en cada rincón? ¿Ustedes también la aprecian?
"...Tren fugitivo, que nunca vuelve atrás
un camino equivocado hacia una sola dirección
parece que debería llegar a algún lugar,
en cierto modo no estoy ni aquí ni allá..."
Runaway Train - Soul Asylum
05 agosto 2010
Caminata por el lago Muckross
Volvemos al condado de Kerry que tan gratos paisajes siempre nos brinda, como en las entradas dedicadas a la Garganta de Dunloe o a Carrantuohill, y esta vez sumergiéndonos de lleno en su mayor tesoro, el parque nacional de Killarney.
Hoy le llega el turno a una caminata circular de medio día alrededor del lago Muckross, hermano menor del gigante Lough Leane que se sitúa justo a su lado, de hecho, a veces, parece que forman uno sólo, pero ya veremos eso más adelante.
Ver Muckross en un mapa más grande
El sendero (siguiendo el sentido contrario a las agujas del reloj), se puede iniciar en varios puntos diferentes (desde la misma ciudad de Killarney, o bien, en la entrada del parque nacional, cerca de la mansión Muckross), aunque oficialmente comienza en el aparcamiento junto a la vieja abadía.
Sin un mapa detallado, no es difícil caer en la confusión en cuanto al nombre de los lugares ya que en esta zona todo tiene el apellido Muckross (el lago, el sendero, la mansión, la abadía y hasta un castillo). Entra dentro de mis proyectos futuros realizar una visita tanto a la mansión como al castillo, pero no adelantemos acontecimientos.
En la primera parte de la caminata, sobre todo si el día es propicio para ello, es muy probable encontrar multitud de turistas que se acercan a la orilla del lago a pasear, o a fotografiar los jardines de la mansión Muckross. La mayoría se contentan sólo con eso; otros pocos se dedican a dar pedales por las zonas acondicionadas para ello, o a dejarse transportar por los carromatos tilburi tradicionales. Y luego, estamos los menos, los que nos adentramos en los entresijos del parque a investigar los rincones más ocultos y de la mejor de las maneras, a pie.
Una vez burlada la horda de visitantes, la ruta se dirige hacia una península gruesa en su base y que se va estrechando a la vez que va aumentando en interés. Esta senda es conocida como 'la pista del joven Arthur' y va desgranando con parsimonia un buen número de lugares pintorescos. El primero de ellos es el bosque de Reenadinna, que se alza orgulloso para presentarnos la mayor concentración de tejos de Europa.
Cuenta la guía que se suelen ver por estos parajes algunas manadas de ciervos rojos, o escasos rebaños de las achaparradas vacas negras de Kerry. Lo cierto es que yo, ni lo uno ni lo otro, aunque no me sentí decepcionado porque nada más salir al exterior de la tupida vegetación, me encontré con un idílico oasis en forma de playa lacustre, el lugar perfecto para dar buena cuenta del aperitivo.
Posteriormente, a la altura del puente Bricken donde las aguas del Lago Muckross tributan hacia el Lough Leane, se atraviesa una zona de alto valor histórico, con innumerables construcciones antiguas de piedra, vestigios de las minas de cobre que se levantaron aquí hace varios siglos.
Nos acercamos ahora al vértice de la península, a ambos lados de la travesía se hallan los dos lagos (el Leane a nuestra derecha y el Muckross a nuestra izquierda). Al final de este punto nos encontramos con la Dinish Cottage, una casita rural rodeada de jardines exóticos y a no muchos metros de allí el emplazamiento conocido como 'Encuentro de las aguas' con su bullicioso 'Old Weir Bridge'.
Este puente de piedra marca el lugar donde las aguas del Upper Lake se unen a las del Muckross y también a las del Lough Leane, en un extremo de la isla Dinish. Hasta aquí se acercan barcos de turistas que zarpan desde la ciudad de Killarney y que realizan un trayecto de más de una hora con el objetivo principal de conseguir una instantánea del rincón.
El sendero continua de vuelta hacia el punto de salida original, siempre siguiendo la orilla del lago, salvo por un tramo, corto pero bastante peligroso, de caminata por el arcén de la carretera, hasta retomar la ruta en la falda de la montaña Torc (la gran masa pelada de la primera foto) y a la que también tengo intención de subir algún día porque esconde más de un secreto.
El círculo se completa al llegar nuevamente a la mansión Muckross.
Y desde ahí terminar de desandar lo andado y acabar en la abadía, del mismo nombre, como dijimos, y cuyo desolado aspecto puede resultar un tanto tétrico.
Es uno de los muchos edificios medievales de la zona que gozara de esplendor durante varios siglos, hasta que llegaran en el XVII las tropas británicas de Oliver Cromwell y enviaran a sus ocupantes al 'descanso eterno' con más premura de la que ellos hubiesen deseado.
Bueno, fin del pateo, piernas cansadas pero no mucho. Como ven, tengo varias deudas pendientes con Kerry...y cuando West Cork se empiece a quedar pequeño, por ahí es por donde se abrirán nuevas vías de exploración...
"...Tú, suave y única,
tú, perdida y solitaria
tú, extraña como los ángeles
bailando en los océanos más profundos.
serpenteando en el agua,
eres como un sueño...".
Just like heaven - The Cure