La montaña Torc

En la entrada dedicada al sendero circular del Lago Muckross, en el Parque Nacional de los lagos de Killarney, mencioné que en breve podría hacer una caminata complementaria hacia la cima de la montaña Torc, recorrido que por fin me decidí a realizar hace un par de semanas y que ahora paso a describirles.

Lo cierto es que si se enlazasen ambas rutas daría para una gran jornada de pateo, de más o menos 6-7 horas y bastante completa en cuanto a paisaje y ejercicio, aunque si tuviese que decantarme por una de las dos, me quedo con la montaña, al fin y al cabo, un buen desnivel le da interés al camino y convierte el premio final en más gratificante.

Tampoco es que estemos hablando de un gran pico, es más bien una colina resultona, con sus 535 metros de altura que se recorren (ida y vuelta) en algo menos de 3 horas a paso normal (fotos y almuerzo incluídos).
Según la guía 'Walking in Ireland' de Lonely Planet, la dificultad de este sendero varía entre fácil y moderada, en contraste con la 'Walker's Guide to Killarney' de Seán Higgisson, que califica el nivel de 'desafiante'. ¿Desafiante? Desde mi punto de vista, después de acabarla, y sin tener en cuenta la pendiente, que como hemos dicho tampoco es para tanto, caminar por esta ruta es como pasear por la avenida de Las Canteras, puede que sea hasta más fácil (*).
Esta foto, que ya colgué en una entrada anterior, la añado para pedirles opinión porque el nombre de la montaña -Torc- viene a significar 'verraco salvaje' o 'jabalí', criaturas feroces que causaban estragos en Irlanda hasta que desaparecieron allá por el siglo XII. Bien, pues según la sabiduría popular, este cerro visto desde los lagos se asemeja a la espalda de un 'torc', juzguen ustedes mismos.



El itinerario se inicia en el aparcamiento de la cascada Torc (a apenas 200 metros del inicio). Este es uno de los puntos más espectaculares del trayecto (y de los más visitados -y fotografiados- del parque nacional), pero hablaré de él al final y es que de todas formas habrá que pasar por delante del salto de agua al regresar de la cima.
La primera parte del sendero transcurre en medio de un tupido bosque de en su mayoría coníferas, con algunas rampas de gran inclinación que hacen que se entre rápidamente en calor.



Pronto empieza a llanear y la ruta continua casi de la mano con el río Owengarriff, que ofrece algunos rápidos y saltos de agua bastante bonitos.





Hay una zona como de un kilómetro, en las inmediaciones del 'Torc Old Bridge' en el que se presentan un buen número de cruces, no del todo bien señalizados que arrastran a la confusión.
Yo andaba buscando el camino de Kerry, del que parte la ascensión de la montaña, pero me encontré con un montón de bifurcaciones sin letrero y a veces, hasta algún fatídico cártel de prohibido el paso, como me ha pasado otras veces. Le pedí ayuda a una pareja de holandeses o suecos ( por el acento) y resultó que estaban más perdidos que yo, así que me deje orientar por el sentido común, que muchas veces mete en líos, pero que por suerte, en esta ocasión se apiadó de mí. Encontré la señal que buscaba.



La pista se hizo más ancha y la vegetación empezó a clarear.



Hasta que se llega a una amplia y mullida meseta.



El día, que había amanecido despejado, empezó a oscurecerse y yo crucé los dedos para que no se nublase en lo alto, porque lo mejor de la caminata son las vistas desde la cumbre.
Por fin encontré la variante que sube a la cima por la que me introduje para empezar la subida.
Nada más comenzar a ascender, el sendero brinda instantáneas magníficas. (Aquí se puede ver como el 'Kerry way', uno de los más populares GR del país, se pierde en búsqueda de Kenmare y el Valle Negro).



Gran parte de la subida, que podría atravesar terreno pantanoso o maleza en forma de heno, se salva con una serie de tablones de madera forrados de tela metálica, ideales para andar por encima, sobre todo si está lloviendo. Es una solución bastante útil contra el mal clima y seguramente más ecológica que colocar un empedrado.



Cerca de la cumbre se empieza a adivinar parte del deslumbrante paisaje que se puede otear desde ella. Aquí el lago Guitane.



Y por fin, después de no más de media hora de cuesta arriba llegamos a lo alto, nos asomamos y esto es lo que encontramos.



Voy a describir la foto de forma somera: la ciudad es evidentemente Killarney y el Lough Leane que se abre a sus pies (es bastante más grande de lo que aquí se puede apreciar), en la parte inferior se encuentra el lago Muckross, del que también sólo se ve una pequeña parte. La extensión de tierra que se despliega entre los dos lagos es la península de la que hablábamos en la caminata circular del Muckross; en la raíz de esta franja de separación, en su parte derecha, se puede ver la gran zona de césped alrededor de la mansión Muckross, luego si nos dirigimos de derecha a izquierda sobre la península, hallamos el bosque de tejos y luego un pequeño lago (Doo Lough).
La continuación de la foto por la izquierda sería más o menos, ésta.



Aquí nos topamos con la falda de la Montaña Púrpura y también se contempla el fin de la península de tierra y el Encuentro de las Aguas, donde el Muckross tributa al Lough Leane, uniéndose a su vez la corriente de un río que se puede divisar a la izquierda. Este afluente procede del Upper Lake, aquí les dejo una foto donde podemos percibirlo.



En esta imagen, aparte del Upper Lake, se puede apreciar detrás toda la sierra de los Macgillicuddy Reeks (me encanta este nombre...-mac-gill-icuddy-), con los picos más altos de Irlanda, donde destaca a la derecha, el mayor y piramidal Carraountoohil, con su vértice oculto por las nubes.

Una última foto desde la cima para comprobar mejor la altura y el 'vértigo' de la ladera. (Me encontré una pareja de cabras que escaparon espantadas nada más verme).



Justo antes de que llegasen una multitud de padres con sus hijos dispuestos a volar cometas (que peligro) conseguí grabar un video cortísimo del lugar (perdón por la mala calidad).



Después de disfrutar un buen rato del espectáculo, en forma de vistas, emprendemos el fácil descenso.



Y otra vez instalados en el 'Kerry way', sólo hay que desandar sobre nuestros pasos para regresar al punto de partida.



Lo prometido es deuda, acabo este post con dos fotos de la majestuosa cascada Torc.
Se puede distinguir la perspectiva porque, si se agranda, podemos ver a un 'chiflado' que se acercó hasta el mismo pie de la caída para darse un chapuzón.



Y esta otra de Septiembre del 2009 (mucho más caudal y es que mira que llovió el verano pasado, no me quiero ni acordar).



"...En realidad no la conozco bien, tan sólo su nombre,
pero una vez se arrastra bajo tu piel, ya nunca eres el mismo y ahora lo sé.
Tiene algo en lo que no puedes confiar, algo misterioso,
y parece que en este momento me estoy enamorando de ella...".

Invisible touch - Genesis