Concierto en Skibbereen

A finales del mes pasado y principios de este, se celebró en Skibbereen el Festival de las Artes de West Cork. Durante una semana el pueblo tomó vida para cargarse de exposiciones y galerías al aire libre, conferencias, exhibiciones de películas y toda una serie de actividades que culminaron con un concierto de música de varios días y con un cartel nada despreciable en el que destacaban la presencia de los Waterboys, que ponían la guinda final y además clausuraban el evento.
Allí estaba yo, el sábado por la noche, después de una caminata de media hora desde el lugar donde dejé aparcado el coche, hasta la explanada donde actuaban los grupos. ¡Cincuenta eurazos me costó la entrada! Es cierto que daba derecho a una consumición y a disfrutar del concierto entero, que empezaba a las dos de la tarde, pero un poco cara si que era.
El recinto, por así llamarlo, se extendía sobre una amplia superficie de hierba y se dividía en una zona de acampada, un área de avituallamiento (desde los típicos puestos de hamburguesas y perritos calientes a un quiosco de ‘mamis’ caribeñas que vendían tortitas de pollo con curry a golpe de reggae), varios puntos donde se servían bebidas (las colas eran tan largas que ni siquiera me planteé tomarme un refresco), baños portátiles (colas tan interminables como las anteriores), diversas tiendas de lona pequeñas que ofrecían espectáculos de humoristas, animadores y disc jockeys y, para terminar, una gran carpa del tamaño de las circenses donde se desarrollaban las actuaciones principales.
El ambiente era un poco claustrofóbico, porque el espacio no era mucho y la gente se amontonaba para buscar una buena posición. El suelo estaba tan lleno de hierba y barro que, a veces, me daba la sensación de estar dentro de un pajar. Era un alivio que hubiese estado lloviendo los días anteriores, de lo contrario, con que alguno hubiese tirado una colilla encendida al suelo, habríamos ardido todos allí como perros.
Después de una lucha encarnizada, me abrí paso entre la multitud, y me agencié un lugar al lado de uno de los pilares que sostenía la carpa y del que casi no me movería durante cinco horas. Las pandillas de amigos se organizaban para traer bebida y comida sin perder el sitio, mientras yo me tenía que conformar con mi triste chocolatina (que se derritió enseguida) y un paquete de chicles. Entre grupo y grupo, tuve la oportunidad de entablar varias conversaciones con la gente de alrededor que seguro se sentían apenados de verme allí, sin compañía, y sobre todo, sin bebida…, ¡incluso una peña de amigas me eligieron como su fotógrafo oficial! Aunque era un concierto en toda regla, el ambiente familiar y el lugar hacían que se pareciese más a una verbena de pueblo.
Lisa Hannigan consiguió ponerle las pilas a la multitud, que se entregó por completo a esta cantante oriunda de la zona y que se está haciendo un hueco en el panorama musical irlandés, e incluso en el internacional. Luego, un par de actuaciones de bandas que, aunque de cierta calidad, pasaron desapercibidas, incluyendo un decepcionante grupo llamado Jerry Fish and the Mudbug Club, que tocaban una especie de mambo moderno con bastantes instrumentos de viento y en el que el supuesto líder de la banda estaba más concentrado en pasearse y juguetear con la gente de las primeras filas (azotándolas con su boa de plumas rojas) que en cantar.
Por fin, casi a las dos de la mañana, Mike Scott y sus Waterboys hicieron aparición para regocijo de todos los que estábamos allí presentes. A pesar que no tocaron una gran parte de sus temas más conocidos, el concierto fue redondo. Sin duda, lo mejor de lo noche, con el permiso de la canción ‘I don’t know’ de Lisa Hannigan, fue cuando empezaron a sonar los acordes de ‘Fisherman’s blues’…El público enloqueció, saltó, pataleó, gritó. Los vasos volaron por el aire, la gente perdió el control y yo, sin quererlo, o quizás sí, me ví arrastrado en una marea humana de gente abrazada, como un irlandés más, cantando y bañado en cerveza….Inolvidable.

“…Si andas mi camino y yo me mantengo sobrio, podríamos deslizarnos en la oscuridad, o tal vez no,… habría que intentarlo de todas formas…”

I don’t know – Lisa Hannigan