Y comenzamos donde lo dejamos en el post anterior, en el puerto de Clifden.
A la salida de éste y abandonando el pueblo nos encontramos con los primeros cárteles que nos señalan la Sky Road y guiándonos de estas indicaciones emprendemos el camino, aunque sin relajarnos porque enseguida hay que realizar la primera parada para visitar el monumento de John D'arcy. Para acceder al mismo hay que ascender una colina, la que se observa en la foto justo detrás de las viviendas, hasta alcanzar la cumbre coronada por una especie de obelisco no muy alto y y con forma cúbica, construido con grandes piedras y que se erige como recuerdo de los habitantes del pueblo al personaje que lo fundó.
En subir no se tarda más de 5 minutos, aunque podemos encontrar el sendero en condiciones pésimas debido al barro, sin embargo, la vista desde lo alto es imprescindible ya que constituye una de las estampas clásicas de Connemara: Clifden con las 'Twelve Bens' de fondo.
Las 'Twelve Bens' o 'Twelve Pins', es una cordillera de picos con cumbres más o menos afiladas, pero de poca elevación. Las alturas rondan entre los 500 y 700 metros y la zona goza de gran fama entre los senderistas, sobre todo en verano. También se dice que los corredores de montaña pueden recorrerlos todos en una sola jornada. Es, sin lugar a dudas, uno de los puntos destacados de Connemara.
Lamentablemente, la foto está tomada en un día bastante encapotado y las Twelve Bens apenas se adivinan entre la bruma, pero como digo, la imagen de Clifden con la vista de la sierra detrás es una de las panorámicas más repetidas en las postales del condado de Galway. Para no dejarles con la miel en los labios, he encontrado esta imagen en Flickr que resume bastante bien lo comentado.
Y ahora sí, abandonamos definitivamente Clifden para sumergirnos de lleno en la Sky Road.
Este es un trayecto ideal para bicis, moteros, o para los que somos esclavos de las cuatro ruedas. Once kms. que rodean la pequeña península que se extiende al oeste del pueblo, que se pueden realizar a un ritmo más acompasado o no, dependiendo del tiempo del que dispongamos. La mayoría de los que recorren este tramo, lo hacen en el sentido de las agujas del reloj. Este detalle es esencial y es recomendable seguir a la multitud si no queremos que el viaje se convierta en un infierno, ya que la calzada es estrecha, con muchos cambios de rasante y pocos apartaderos, al menos en su vertiente sur.
En su inicio tenemos la posibilidad de optar por seguir una vía más cercana a la orilla, o bien otra que asciende hasta un mirador y que acaba por unirse a la primera. Los ociosos como yo, pueden inclinarse por realizar ambas, tampoco se pierde excesivo tiempo si elegimos sumar las dos.
¿Qué nos ofrece la Sky Road?
Entre otras virtudes, un panorama costero fantástico que incluye las bahías de Clifden y de Streamstown, el cabo de Slyne y las islas de Turbot y de Inishturk, salpimentado con los típicos toques campestres de siempre.
Aunque se parece al caballo del post ‘Tercer otoño en Leap’, prometo que es otro diferente. A ver si van a pensar que me lo llevo de viaje solo para usarlo de modelo en fotos bucólicas.
En mi opinión, la primera parte de la Sky Road, el lado sur, es más atractivo que el norte, que no está mal, pero es un recorrido que acaba por hacerse monótono. En lo visual, el plato fuerte nos lo zamparíamos hacia el extremo del cabo, con un batiburrillo de islotes, salientes, juegos de mareas de aguas calmas en el interior y mar picada al exterior que quitan el hipo, todo en el mismo menú. En cierto modo, esta parte recuerda un pelín a algunas zonas de la península de Dingle en Kerry, aunque líbreme Dios de hacer comparaciones, porque como todo el mundo sabe, Dingle alberga paisajes de otro planeta.
En resumen, la Sky Road serviría de aperitivo perfecto para los turistas foráneos que se hayan dejado caer por Galway y Connemara y que no dispongan de mucho margen de maniobra para imbuirse de los aires marítimos de las muchas penínsulas de Kerry y de Cork. Este paseo ofrece algo de costa escarpada, océano, ínsulas, faros blancos y hasta un castillo, ingredientes todos de una comida que se puede degustar brevemente aquí, pero que en realidad se cocina bastante más al Sur.
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Para el que le interese, dejo un video de la Sky Road a vista de pájaro (desde un parapente).