31 marzo 2010

El don de la elocuencia

A unos 8 kms. al noroeste de la ciudad de Cork se asienta la localidad de Blarney, un pueblo pequeño y que tal vez, pasaría desapercibido de no ser por sus tiendas de artesanía y sobre todo por su castillo, que se ha convertido en uno de los más venerados del país (cerca de medio millón de visitas anuales).
Desde hace varios cientos de años, se ha ido forjando un mito alrededor de este lugar y, lejos de ser considerado como 'cuento de charlatanes', parece que va cogiendo más y más auge con el paso del tiempo. A diario, hordas de turistas (sobre todo americanos) se acercan a este 'templo' medieval y tratan de comprobar, entre curiosos y expectantes, si lo que dice la leyenda es cierto.



Una extensión de jardines bastante amplia dan la bienvenida a esta fortaleza a orillas del río Martin, cuya construcción original data del siglo XIII, aunque su estructura actual forma parte de las reformas que se realizaron a expensas del clan de los MacCarthy en el siglo XV. Además de esto, hay también bastantes rincones por los que pasear e incluso fotografiar algunas formaciones geológicas bastante curiosas, pero sin duda, la gran mayoría de los forasteros se dan prisa en congregarse en torno a las muros de roca, atraídos por el secreto que se esconde en la torre del homenaje (la piedra Blarney).

Esta piedra, que tiene tantos nombres como 'posibles' orígenes guarda un encanto especial. Su procedencia ha dado pie a numerosas y estrambóticas leyendas, a cual más ocurrente o absurda: hay quien dice que es obra de una bruja del medievo; otros comentan que es parte del muro de las lamentaciones de Jerusalén y, hay quien se atreve a señalar, que es un fragmento de la roca que Moisés golpeó con su bastón cuando dividió las aguas.
De todas las teorías, la que más se acerca a la realidad, aunque no está comprobada al 100%, es la que dice que la piedra Blarney es un pedazo de otra roca legendaria (la piedra Scone, o piedra del destino), sobre la que se coronaba a los reyes escoceses y que aún se utiliza en la actualidad para la coronación de los monarcas británicos. Al parecer, fue un obsequio del rey escocés Robert the Bruce a Cormac MacCarthy en 1314 por su apoyo contra las tropas inglesas en la batalla de Bannockburn ('ultimísima de las escenas de la película Braveheart').
En cualquier caso, ¿qué es lo que tiene de particular la dichosa piedra?,... pues que quien la besa logra el don de la elocuencia, del gracejo natural, la habilidad para piropear en los momentos oportunos y de no quedarse nunca sin palabras cualquiera que sea la situación que se presente.
El caso es que, lejos de lo poco científico y mucho de fábula de este hecho, como digo, el castillo de Blarney y su 'piedra de la elocuencia' es uno de los principales atractivos de la Isla Esmeralda y numerosas personalidades, incluyendo políticos extranjeros y primeros ministros, corren que se las pelan cuando visitan Irlanda para no perderse la oportunidad de conseguir el 'don'.
Poco importa el estado semi en ruinas del castillo, los interminables escalones que hay que subir para llegar a lo más alto, o las colas de espera: todo el mundo quiere sentir la 'vertiginosa sensación' que otorga el besar la piedra. Y no exagero un pelo, porque es una prueba solo apta para 'corazones valientes'. La piedra Blarney está separada del suelo por un hueco bastante ancho que da al vacío. La única manera de besarla es tumbándose de espaldas y acercar la cabeza al muro poco a poco mientras la mitad del cuerpo se queda suspendida en el aire a más de 20 metros de altura. Hay un par de barrotes 'quitamiedos' que no ayudan mucho, pero por suerte, un trabajador del castillo te asiste en tan 'embarazosa' postura, sujetándote por la cintura y, menos mal, porque sin esta valiosa protección sería virtualmente imposible dar con tus labios en el canto frío de la 'Blarney Stone'.

Y bueno, como turista gregario y manipulable que soy a veces, en abril del año pasado cuando vine de vacaciones a Irlanda, aproveché para peregrinar a Blarney y besar la piedrecita. Por suerte, era un día oscuro y de lluvia y no había casi visitantes por lo que no tuve muchos impedimentos en subir a las alturas del castillo y poner mi granito de arena en lo que alguna web de destinos vacacionales menciona como 'la más antihigiénica de las atracciones turísticas del mundo', aunque tampoco es para tanto.



Y después de eso, ¿he ganado el don de la verborrea y la elocuencia? Pues no sabría decirlo pero si me pongo a pensar ...unos meses después de besar la piedra, abrí este blog y ...con esta de hoy ya son ¡50 entradas!

"...Y la lluvia cayó
y las estrellas se precipitaron del cielo,
oh, que oscura la noche...
Siempre parece que los castillos y los sueños
se desvanecen con la luz de la mañana...".

Castles and dreams - Blackmore's Night

26 marzo 2010

El altar del druida (Drombeg)



Hace unos 10.000 años, la isla de Irlanda hasta entonces deshabitada, empezó a ser poblada por cazadores y recolectores procedentes de Escocia que se asentaron en sus terrenos dejando pocas huellas. No fue hasta hace unos 6000 años que estos primeros habitantes dieron paso a pastores y agricultores neolíticos que construyeron murallas extensas y levantaron dólmenes y monumentos funerarios (algunos de ellos colosales como el de Newgrange al norte de Dublín). Luego llegó la Edad de bronce donde destacaron los ceramistas y no fue hasta el año 300 a.C. cuando las tribus Celtas colonizaron el territorio e iniciaron la Edad de hierro.
Tanto del Neolítico como del periodo Celta, Irlanda es rica en restos que se diseminan por toda su geografía, algunos de ellos en excelente estado de conservación y que ofrecen un magnífico testimonio de las costumbres y cultura de aquellas épocas.
Hay muchísimos ejemplos, pero por proximidad y por ser uno de los más importantes del país, vamos a hablar del Círculo Megalítico de Drombeg o 'El Altar del Druida'.

Erigido por los Celtas hacia el año 150 a. C., este conjunto prehistórico se encuentra no muy lejos de la carretera comarcal que une Glandore con Roscarbery (a unos 5 kms. de Leap).
El grupo de 17 menhires, de los que sólo quedan en pie 13, fue desenterrado y restaurado hace unos 50 años y se alza en un área que reúne una gran cantidad de ruinas arqueológicas, todas ligadas de una forma u otra al monumento: un fogón donde se cocinaba, un horno, fragmentos de una antigua vivienda, etc.
Entre las peculiaridades del conjunto se pueden citar: los dos menhires que representan al hombre y a la mujer, y la piedra plana, a semejanza de un altar, con marcas anilladas sobre las que se debería alinear el sol justo durante el solsticio de invierno, (sin embargo, curiosamente, los constructores se equivocaron por una pulgada).
El Círculo de Drombeg, pese a estar en un lugar apartado recibe numerosas visitas y también es frecuente comprobar cómo la gente deja ofrendas a modo de flores e incluso dinero. Además es un sitio de 'culto' para rituales de tipo pagano (ceremonias de mujeres desnudas bailando al anochecer y otras excentricidades hippies), eso es lo que cuentan los lugareños.
Aparte del interés de Drombeg desde la perspectiva cultural, histórica, religiosa, paisajística, etc., y sin entrar en el campo de la mística, es verdad que el anillo posee una especie de vibración bastante perceptible. Se debe a que probablemente es un punto con cierto magnetismo terrestre natural o a que posee alguna corriente acuática subterránea. Unos lo llamarán 'magia', otros dirán 'geobiología', pero no me cabe duda de que los Celtas, a la hora de elegir la ubicación de sus monumentos, tenían este hecho muy presente.

Y ahora, una muestra con fotos de diversos círculos de piedra, entre los que se encuentra Drombeg (difícil de distinguir entre los otros). Hay que señalar que los monumentos pétreos pertenecen a distintas épocas, pero todos comparten la característica de que se alinean alrededor de un núcleo energético.





"...Anillo misterioso, un círculo mágico de piedras
Dicen que los druidas una vez habitaron aquí,
raza olvidada que nadie conoce..."

Newgrange - Clannad

23 marzo 2010

Clonakilty - San Patricio con simplicidad



El desfile estaba previsto que comenzara sobre las 2 de la tarde y a esa hora en la calle no había ni un alma (Todos en los pubs). Por fin, con una media hora de retraso las notas de la banda oficial del pueblo se dejaron oír a lo lejos y la multitud apuró las cervezas para salir, esta vez sí, en desbandada y colmar las aceras que hasta ese momento estaban desiertas. Todavía era muy temprano para que el alcohol empezase a hacer estragos entre los más revoltosos, pero las sonrisas tontas y las mejillas recoloradas eran más que clarificadoras de que el tapón de la fiesta del santo patrón ya se había descorchado. Sombreros y chalecos con la bandera de Irlanda estampada, barbas pelirrojas postizas y reales y miles de tréboles por todos lados (chaquetas, gafas, solapas,...), tréboles de verdad (de los que crecen a mansalva en las cunetas). Todo a punto para la función y los parroquianos entregados a la causa y es que cualquier ocasión es buena para pasárselo bien, pero si encima es el día de San Patricio, el no divertirse es un delito, o peor todavía, un pecado.
Y apareció la banda, y para mi sorpresa, atravesó el recorrido en sentido contrario al previsto y desapareció, aunque unos diez minutos más tarde (es lo que se tarda en atravesar el casco antiguo a pie) regresaron sobre sus pasos, encabezando el pelotón colorido, con el verde como claro dominador.

Me había hecho una idea de cómo podía ser el desfile. He visto miles de imágenes de celebraciones de San Patricio por la TV, etc., sin embargo, reconozco que me llevé algunas sobresaltos, supongo que también se debe al hecho de que Clonakilty es un pueblo y, por tanto, menos presupuesto, pero quizás, más imaginación.
Para empezar, diré que fue un batiburrillo de coso carnavalero, con romería, con procesión psudolitúrgica, con manifestación pagana, con encuentro del RAC club y le añadiremos algunos tintes surrealistas que vale la pena mencionar.
Se me ocurrió que si le dijésemos a un niño de 5 años como sería su celebración ideal, y lo dejáramos que la organizase,...¿Cuál sería el resultado?

Qué conste, que no lo digo como una crítica sino simplemente por lo curioso que me resultó todo. Describo someramente lo que pasó y juzguen ustedes mismos.

Como decíamos, pasó la banda, y tras ella un batallón del ejército desfilando con aire marcial. Luego le llegó el turno al grupo de rescate de costa (con su zodiac y todo). Seguidamente cientos de escolares entonando canciones; además de clubs deportivos (enfundados en chándal y mostrando los trofeos que habían conseguido). Continuó el desfile con varios coches antiguos y tractores agrícolas antiquísimos, jubiladas con paraguas engalanados de flores y un conjunto de atletas paralímpicos que se llevaron la mayor de las ovaciones. De vez en cuando, pasaba un grupito de 'mascaritas' disfrazadas para bromear con el público y hacer las delicias de los más pequeños.
Luego, volvió a pasar la banda otra vez (la misma banda), a la que le siguieron grupos de jinetes con caballos, niños en pony, algunas carrozas con publicidad del estilo (Esta tarde a partir de las 5, las copas a mitad de precio en la taberna de O'Driscoll), luego se presentaron un buen grupo de campesinos haciendo gala de sus productos (papas, zanahorias, coles, ...y más tréboles). Más mascaritas, algún grupo de actores amateur vestidos de la época de Mozart, bebiendo champán e invitando a los presentes y después una especie de grupo étnico tocando reggae y bailando 'capoeira'. Luego pasó el trenecito de Clonakilty, decorado para la ocasión, más colegios, más caballos, una moto montada por un tipo disfrazado de Spiderman y una lancha con una pareja de pensionistas vestidos de boda. Para terminar, y volviendo a la idea del niño de 5 años, el desfile lo cerró el coche de bomberos y quedó definitivamente clausurado por la banda, (otra vez, la misma banda...).
En cinco minutos las calles se volvieron a quedar desiertas y la tarde se hizo larga, larga al calor de las risas en el pub y la buena música tradicional.









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Algunos apuntes de Clonakilty:

Es el pueblo que sirve de entrada a West Cork y tiene lazos históricos con Michael Collins y con Henry Ford.
Tiene un pub (De Barra), que es de lo mejorcito del país en cuanto a música de la tierra y actuaciones en directo.
Aparte de sus morcillas (blancas y negras), las más famosas del país (están riquísimas, doy fe de ello), el pueblo es conocido por haberse llevado varios galardones nacionales por su limpieza, estándares medioambientales, comercio justo, etc. Fue además el primer lugar de Irlanda en recibir el título de Destino Europeo de Excelencia por la Comisión Europea.

Un video de promoción es la mejor forma de que se hagan una idea...




El tiempo te agarra de la muñeca,
te dirige a dónde vas.
Así que aprovecha la prueba
y no preguntes por qué.
No es una cuestión
sino una lección aprendida a tiempo
Es algo impredecible
pero al final es cierto.
Espero que fuese el momento de tu vida.

Time of your life - Green Day

17 marzo 2010

El día de San Patricio



Maewyn Succat fue un escocés que vivió entre los siglos V y VI y cuya fama se debe al hecho de que en su labor de misionero fue el principal precursor de evangelizar la isla de Irlanda. Después de su muerte y su posterior canonización se le conoce como San Patricio (Pedraig en gaélico, un nombre bastante común por estas latitudes).
San Patricio, patrón de Irlanda ( y, aunque suene a chiste, de Nigeria), es una de las figuras más relevantes de la historia de la isla, y de hecho, gracias a su papel de difundir la fe cristiana, ahora la religión mayoritaria es la católica, la cual sobrevivió y se hizo incluso más fuerte a pesar de la dominación inglesa en siglos pasados.
A San Patricio se le atribuyen sucesos de contenido más bien mitológico como la erradicación de todas las serpientes de la isla, o la explicación del Secreto de la Santísima Trinidad ayudándose de un trébol (la flor nacional). Tiene además, una montaña, Croagh Patrick (una de las más altas de Irlanda) que fue bautizada en su honor y que en la actualidad es un importantísimo centro de peregrinación.
El día de San Patricio se celebra el 17 de Marzo y, lo que hace años era una jornada de evidente culto religioso (no obstante, cae siempre en Cuaresma), ahora se ha convertido en la fiesta nacional de los irlandeses y el día donde se saca a relucir todo el orgullo patrio.
Se podría hablar mucho más de la vida de San Patricio, pero por motivos de interés sociocultural, creo que merece más la pena centrarnos en los festejos y la forma que tienen los irlandeses de celebrar que son ¿irlandeses?

Como decimos, el 17 de Marzo aparte de ser la festividad de todos los Patricios, Patricks, Pedraigs, Pats y Paddys...el espíritu irlandés se contagia por todos los rincones del globo y el mundo entero se vuelve verde y ni la Iglesia Católica, tan influyente en este país, ha podido evitar que el día de San Patricio haya perdido todo su componente religioso para convertirse en una apología del hedonismo (¡Viva la secularización!)..
La gente sale a las calles y en los principales pueblos y ciudades se realizan todo tipo de actividades que van desde desfiles llenos de 'leprechauns' y 'tréboles', carreras de caballo, actuaciones musicales, degustación de comidas, juegos infantiles y sobre todo alcohol, mucho alcohol. Qué le vamos a hacer, para algunos la fiesta nacional son las corridas de toros y para otros sumergirse (literalmente) en un barril de cerveza...(No me pongan en la 'terrible' tesitura de elegir entre las dos).
El 17 de Marzo no sólo se festeja en Irlanda, sino que la 'marea verde' se traslada a todo lugar donde haya una mínima comunidad irlandesa (o que se 'sientan' irlandeses), con especial dimensión en EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y resto de Europa (¿quién no conoce un pub irlandés?), incluso tiene cierta importancia en algunos países sudamericanos. Los yanquis protagonizan los mayores festivales, superando al mismísimo Dublín y llegan a límites excéntricos de dudoso gusto (como teñir de verde el agua de los ríos a su paso por las ciudades como ha ocurrido a veces en Chicago y Nueva York).

El día de San Patricio es una jornada para el jolgorio, para la alegría, para el 'craic' (palabra gaélica que llevaría folios y folios tratar de explicar), pero que es algo así como 'diversión', 'conversación amistosa' y 'pasártelo bien preocupándote de que los que están a tu lado también lo hagan'.

Permítanme acabar citando un proverbio Irlandés: "Baila como si nadie te viese, canta como si nadie te escuchase y vive el día de hoy como si fuese el último".

Y recuerden: HOY todos somos IRLANDESES

"...De ninguna manera noviembre verá nuestro adiós
Cuando diciembre llegue es obvio porque
nadie quiere estar solo en Navidad.
Y luego enero y estaremos helados por dentro
planeando nuevos propósitos cien veces
Febrero, ¿no serás mi prometida?
y los dos estaremos a salvo hasta el día de San Patricio..."

St. Patrick's Day - John Mayer

13 marzo 2010

De Máxima Brillantez

Desde que se abrieron las puertas del vistoso O2 Arena de Dublín y cómo 'hormigas en marcha' el público fue colocándose ordenadamente en sus asientos de la gradería superior o, disponiéndose en frente del escenario, en una privilegiada posición desde la que disfrutar a Dave, Carter, Tim, Boyd, Stefan, Rashawn, Jeff...y por qué no, incluso al espíritu del desaparecido saxofonista LeRoi.
Las 10,000 personas que allí nos reunimos (mayoría de treintañeros e incluso mayores) empezamos a vociferar como posesos cuando sobre las 8 y cuarto de la noche, las luces se apagaron y uno por uno fueron apareciendo todos los miembros de la DMB y tomando en manos sus respectivos instrumentos, con Dave embutido en un sombrero de Leprechaun, lo que multiplicó por cien la magnitud de los gritos.
La noche prometía ser larga e inolvidable. Acorde con la revisión concienzuda en la web que había seguido durante semanas, nos esperaban unas 17 ó 18 canciones y aproximadamente de 2 horas y cuarto a 2 horas y media de espectáculo; un aliciente que hiciese parecer barato el precio de la entrada.
Un único foco se encendió sobre Boyd que empezó a tocar repetidamente una sola cuerda de su violín hasta que por fin todo el escenario se iluminó al unísono y comenzaron las notas de... (sorpresa mayúscula)...'Bartender'. Una versión extensa y mejorada de la original y un claro guiño a los irlandeses por su final de obvia inspiración celta, con la multitud llegando al paroxismo cuando el señor Matthews desplegó una bandera de Irlanda con los últimos acordes.
Sombrero de Leprechaun a un lado y seguimos con el clásico 'Stay or leave', para luego empezar a desgranar los temas de su último trabajo -Big whiskey and the Groogrux King- : 'Funny the way it is', la oscura e intensa 'Squirm' y la bailable 'Shake me like a monkey'. Para ese momento, yo ya me había rendido a los rítmicos golpes de baqueta de Carter, a los comentarios cómicos y bailoteos de Dave y al sonido demoledor del pabellón (me parecía estar escuchando el disco en estudio, pero con los arreglos extraordinarios que mete la Dave Matthews Band en los directos), es increíble comprobar cómo moldean los temas a su antojo, los transforman, los alargan y siempre con una ejecución impecable, perfecta.
La balada 'Lying in the hands of God', también del 'Big whiskey...' sirvió para comprobar cómo el grupo se encuentra como pez en el agua cuando se adentran en el terreno de la improvisación, los 'jamming' que los han hecho tan famosos...con el nuevo miembro 'Jeff Coffin' mostrando lo versátil que puede ser un saxofón y los sonidos que se pueden sacar cuando lo toca un maestro.
Más sorpresas: Sólo de batería de Carter al inicio de la galardonadísima 'Gravedigger'. Este tema suena grande, gigante, cuando lo toca toda la banda. Impresionante la habilidad que tiene la DMB para manejar a la masa, para 'menearla como a un mono', para elevarla al éxtasis o emocionarla con una balada, siempre en el momento justo, como si conociesen de antemano lo que esperas. Para muestra, el siguiente grupo de canciones: 'Anyone seen the bridge' que sin pausa unen con el inicio de 'Too much' a la que el público reaccionó con fervor, aunque se trataba sólo de una broma, pues de inmediato el tema que empezó a sonar fue el legendario 'Ants Marching' de su primer disco y con el que a veces cierran los conciertos...Una de sus canciones más amadas..y claro...más locura, más arrebato...Y yo me hubiese puesto de rodillas sino llega a ser porque no tenía espacio delante de mí, y tampoco era cuestión de clavárselas al señor que tenía sentado delante. 'Hormigas en marcha' terminó con todos los miembros alrededor de la batería de Carter y esperando instrucciones de éste para rematar la canción a lo bestia...y ganarse a los últimos escépticos que podían quedar entre el respetable.



Final de 'Anyone seen the bridge', amago de 'Too Much' en el 1'25'' para introducir 'Ants Marching' en el 1'41''...aunque la canción en sí, empieza en el 3'35''.
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Un inesperado "#27" sonó a continuación, un tema con influencias de blues sureño que no está en ningún disco y que no suele tener presencia entre los cuarenta y pico de canciones de las que se están nutriendo para esta gira. Todo un gesto para los dublinenses. Más descoyuntar de huesos con 'Seven' y continuamos con 'The Stone' para que Boyd Tinsley nos destupiese los tímpanos con su violín.
Cuando la guitarra acústica de Dave rasgueó el inicio de 'Crash (into me)' la explosión de júbilo hizo que las gradas se estremeciesen y la voz de la gente se unió a corear toda la letra de este super clásico que levantaría hasta a un muerto. ¿Se pueden unir dos mega temazos y hacer que el segundo eclipse al primero? Sí que se puede, pues con toda la gente en el bolsillo y a entera disposición de la DMB, el inicio de 'Crush' creo que provocó más de una lipotimia...Una interpretación de más de un cuarto de hora de una de sus canciones señeras, con Dave haciendo de las suyas con un sombrero que tomó prestado de las primeras filas y con Tim Reynolds y Jeff Coffin batiéndose en duelo guitarra - saxo, que dejó a la peña hecha unos zorros y a mí sintiéndome como a una ninfómana multiorgásmica.
¿Y ahora? Después de esto, ¿qué hacemos?, ¿nos vamos? Eso es lo que parecía preguntarse la gente. Desde hacía buen rato mis expectativas (que eran altísimas) estaban más que superadas y hasta lo que pagué por verlos me estaba pareciendo la ganga del siglo...Y entonces van y se arrancan con el 'Where are you going? ' Por si había alguien que pensaba marcharse. (Me derrito...Dave no me hagas esto que esa es una de mis canciones favoritas, y casi nunca la tocas...).
Volvemos al último disco: interpretación del single 'Why I am', tributo a LeRoi Moore y luego la dulce 'You and me' ...Con otro mini sólo de batería de Carter (¡Toma ya!). 17 canciones....Esto se acabó...Ah no... van a tocar otra...'You might die trying'...Puff, el cuero cabelludo como Espinete con los dedos en un enchufe...Más lucimiento personal del prodigioso bajo de Stefan y del grandullón Rashawn y su trompeta. Y entonces se vuelven a apagar las luces y la voz de Dave empieza a entonar...there must be some way out of here....el inconfundible inicio de 'All along the watchtower' the Bob Dylan, la versión magistral que hacen de esta pieza con todo lo que le sigue, los cambios de ritmo y el final frenético, apoteósico. Virtuosismo sublime. Por un momento pensé que había gente que iba a saltar desde las gradas a abajo...La banda se despide dando las gracias y el público se pela la garganta y se quema las manos con los aplausos...Ok, se terminó el concierto, ...alguien que me pasé un vaso de agua y un abanico que creo que tengo la tensión por los suelos...Y dejen de gritar, coño, que estos tíos no van a salir otra vez, tengan compasión que se han ordeñado hasta la última gota de sudor.
Cuando la gente ya empezaba a abandonar el recinto y yo buscaba por el suelo los restos de mi cintura y mi dignidad después de este bukkake musical, Dave volvió a salir al escenario con su guitarra acústica y se marcó él solito un 'Baby Blue', una balada del último disco, simple, directa, pero seguramente una de las mejores de su carrera, que dejó a la mitad de las pibas (y de los tíos) con lagrimones como chorizos...Y seguidamente y sin descanso, el efervescente comienzo de 'Cornbread' y la banda diciendo adiós de la mejor forma posible, dando lo mejor de sí con el subidón de 'pan de millo' y cerrando después de 21 canciones, una velada de exactamente ¡3 horas!

¿Una noche inolvidable? Solo puedo decir que al carajo todos los videos que me he tragado de la DMB. Nada, absolutamente nada, está a la altura de haberlos visto en vivo.
Gracias, Dave, Carter, Tim, Boyd, Stefan, Rashawn y (LeRoi).
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Este video no es mío, pero es de alguien que lo grabó aquella noche (el pasado martes) y de los que hay en internet es de los de mejor calidad y sonido.



"...Confieso que no estoy lo bastante preparado para que me dejen,
aún así se que di lo mejor de mí
Tu entregas y entregas, eso puedo atestiguarlo.
Me ganaste, me ganaste
Tu y yo, para siempre, baby..."

Baby Blue - Dave Matthews Band

08 marzo 2010

Cobh y Kinsale (Historia y Arquitectura)

Cobh



A unos 20 kms. de Cork, siguiendo la desembocadura del río Lee nos encontramos con la ciudad de Cobh, que descansa en una de las inmensas islas (unidas a tierra firme por puentes y carreteras) que conforman el estuario. Cobh y su ensenada (considerados el segundo puerto natural más grande del mundo después de la bahía de Sydney) concentran casi todo el transporte de mercancías y personas por vía marítima del Sur de Irlanda.
La importancia de este lugar en la vida de los irlandeses a lo largo de los siglos, lo convierten en testigo viviente de las raíces de la nación y atesora como pocos sitios más, una parte esencial de su patrimonio histórico.
Cobh, que durante mucho tiempo fue conocida como Queenstown (nombre detestado en la actualidad) fue un punto estratégico vital tanto en las guerras napoleónicas como en la 1ª Guerra Mundial, sin embargo los hechos históricos más relevantes de este puerto son: el haber sido utilizado como base para la deportación y traslado de convictos hacia las cárceles australianas entre los siglos XVIII y el XIX y, sobre todo, ser el lugar desde el que emigraron una gran parte de los irlandeses hacia Norteamérica a mediados del S. XIX. Se estima que unos 2 millones de irlandeses abandonaron la isla (de los 8 millones de habitantes que habían), huyendo de la Gran Hambruna que azotó Irlanda entre el año 1845 y 1849. Hubo otros tantos que murieron y aún hoy en día, el país no ha recuperado la tasa demográfica y la población tan sólo alcanza los 4,5 millones de personas.
Otros acontecimientos a reseñar de Cobh es el haber sido el puerto desde el que partió el primer buque de vapor que cruzó el Atlántico (Sirius), y también, que fue la última escala del Titanic antes de partir hacia su fatídico final.
La historia de Cobh y el mar siempre irán unidos de la mano y, de hecho, actualmente, como decimos, por su privilegiada posición estratégica es la sede de la Marina Irlandesa.
Aparte de todos estos apuntes, si nos concentramos en Cobh como lugar de interés general hay que recalcar que una visita es de lo más recomendable, algo ya conocido por las principales líneas de cruceros que realizan aquí una parada obligatoria para que sus viajeros puedan disfrutar de alguno de los museos de la ciudad, perderse entre los cientos de tabernas de la avenida principal o dejarse atraer por el magnífico edificio neogótico que se alza como un gigante sobre todos los demás: la catedral de San Colman, que domina las alturas con su aguja y carrillón, los más grandes de Irlanda.



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Kinsale




A unos 25 kms. de Cork, pero esta vez en dirección suroeste, nos encontramos con Kinsale, una pequeña ciudad costera de no más de 5000 habitantes (el 10% británicos) que, probablemente por su sencillez, su limpieza, su cálido ambiente familiar y un sin fin de alicientes adicionales, se encuentra siempre en la lista de rincones favoritos de Irlanda.



La Historia de Kinsale también está plagada de episodios destacables entre los que se podrían mencionar la Batalla de 1601, que enfrentó a españoles e irlandeses en un bando único contra el enemigo común (ingleses) y que terminó con la victoria de los de siempre.
Más recientemente, en el año 1915, la ciudad se hizo tristemente conocida porque a varias millas de su puerto, el trasatlántico Lusitania en su trayecto hacia Liverpool, fue torpedeado y hundido por un submarino alemán causando más de un millar de muertos civiles. Este suceso desencadenó la entrada de EEUU en la 1ª Guerra Mundial.
Bueno, vamos con lo que más interesa que es Kinsale a día de hoy. La ciudad, premiada varias veces (junto a otras localidades de Cork) por su política de comercio justo, concentra una gran cantidad de tiendas de artesanía, librerías y todo tipo de restaurantes, no obstante atrae a gourmets de todas partes por su afamado festival de 'fine food', además de amantes de los deportes náuticos o alumnos que desean mejorar el inglés en su prestigiosa escuela.



El 'Old Town Market' y la Iglesia normanda de San Multose son el aperitivo perfecto de los devotos de la arquitectura de otro tiempo, antes de dejarse caer por el Bastión de Charles Fort, levantado por los británicos en el siglo XVII y abandonado tras la independencia de Irlanda, y que es considerado uno de los mejores ejemplos continentales de fuerte en forma de estrella (aunque su contorno se aprecia mejor desde la distancia).



Haga frío o calor, Kinsale es un hervidero de gente casi cualquier día de la semana. Visitantes que, minimizando los terribles problemas para encontrar aparcamiento, se acercan atraídos por el aroma marinero, los callejones empedrados, las paredes pintadas de vivos colores y, cómo no, por la buena mesa.



"...El 4 de Julio de 1806, emprendimos el rumbo desde la dulce ensenada de Cork,
navegábamos con un cargamento de ladrillos hacia el gran City Hall de Nueva York,
Era una nave extraordinaria, inmaculada hasta la popa y oh, como el viento salvaje la movía.
Soportaba cualquier ráfaga, tenía 27 mástiles y la llamaban el 'Irish Rover'...".

The Irish Rover - The Dubliners

04 marzo 2010

La Torre Blanca



Esto más que una entrada es en realidad un pequeño juego bastante sencillo.

¿Alguien sabe en qué localidad de West Cork se encuentra la famosa torre blanca de arriba?

La solución no es difícil, además de que con internet se puede encontrar en un santiamén. También he dejado alguna que otra pista en entradas anteriores.
Más datos: La localidad ha sido nombrada más de una vez, tanto en posts como en comentarios. Es costera, tiene puerto para pescadores y para barcos que hacen trayectos a las islas cercanas, es tranquila en invierno y bastante concurrida en verano sobre todo por la existencia de apartamentos para visitantes y porque el clima suele ser más benigno que en pueblos de alrededor.

Bueno, no sé si habrá participación o no, pero en principio, no vale decir más de un pueblo por persona. Iré metiendo más pistas si veo que no aciertan (algo bastante improbable porque la solución está chupada).

Al primero que responda correctamente, premio: 'elección de fragmento de canción' e 'Invitación a una pinta de cerveza - a cobrar en territorio irlandés. Plazo hasta final del 2010'. En el plazo y el territorio se pueden hacer excepciones si están debidamente justificadas.
Suerte.

"...Sentado al sol de la mañana
Seguiré sentado cuando la tarde caiga
Mirando los barcos llegar
Y mirándolos alejarse de nuevo

Estoy sentado en el muelle de la bahía
Mirando bajar la marea
Simplemente estoy sentado en el muelle de la bahía
Perdiendo el tiempo..."

Sitting on the dock of the bay - Otis Redding