La Swiss Cottage de Cahir

…un breve paseo por Suiza sin salir de Irlanda.

La Swiss Cottage (casa de campo suiza) es uno de las edificaciones más emblemáticas de la localidad de Cahir, en el condado de Tipperary, también conocida por albergar uno de los castillos mejor conservados del país.

La construcción de esta original vivienda data del año 1810 y se realizó por encargo de uno de los miembros de la familiar Butler (aristócratas irlandeses muy influyentes durante siglos) que, siguiendo la moda de aquellos años, quiso disponer de su propia ‘cabaña de retiro’ al estilo ‘cottage ornée’ con aderezos vinculados a la naturaleza, sin seguir un patrón demasiado homogéneo y guardando la sincronía con el paisaje. Se cree que el diseño es obra del arquitecto inglés John Nash.

A simple vista, y sobre todo en el exterior, es fácil reconocer los detalles de este irregular pero a la vez fascinante edificio: aleros de diferentes proporciones, tejado con altura asimétrica o, por ejemplo, las ventanas que son todas distintas.

   

Más rasgos externos…

 

El interior (está prohibido fotografiar) es casi tan atractivo como el exterior y en él destaca la escalera de caracol y algunas estancias como la sala de música y las habitaciones, decoradas de forma exquisita, incluyendo el uso de papel pintado (de los primeros que se fabricaron en París por aquella época).

Por fortuna para el pueblo de Cahir, esta vivienda, prácticamente abandonada y descuidada durante muchos años, fue objeto hace unas décadas de una restauración completa y fiel a la estructura original y en la actualidad es un gran atractivo turístico. A día de hoy es considerada de los mejores ejemplos de ‘casas de campo ornamentales’ de Europa.

 

Si algún día visitan Cahir y su castillo, les recomiendo que no dejen pasar la oportunidad de ver la Swiss Cottage y, mucho mejor si acceden a ella por el camino del río, -una media hora de paseo relajante desde el mismo centro del pueblo-.

Como muchos otros monumentos históricos, el organismo encargado de su gestión es público (OPW) y objetivamente, en este caso particular, no se puede ofrecer más por menos: una visita guiada (en inglés) de una hora de duración (con información escrita opcional en varios idiomas, incluyendo el castellano) por tan solo 3 euros. Créanme que incluso si van algo ajustados de presupuesto, vale la pena sacrificar ‘una pinta’ por disfrutar de esta obra de arte.

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Un secreto: Esta vivienda de ninguna manera está emparentada con las casas de campo suizas, pero parece ser que hace muchos años alguien comentó que el lugar le recordaba a una Swiss Cottage y tal..., y bueno, pues así se quedó...