La llegada

No voy a profundizar ahora en que fue lo que me hizo elegir este lugar como residencia (aún provisional). ¿Por qué Irlanda?, ¿por qué no Escocia, o Inglaterra, o Zimbabwe? Quizás algún día me pueda extender sobre este asunto, pero no ahora, antes esperaré a quedarme sin ideas o anécdotas que contar.
El caso es que el día 3 de Julio y cerca de la media noche, aún resacado del concierto que U2 ofreció en Barcelona la noche anterior, me encontré en el aeropuerto de Cork empujando un carro con 2 maletas llenas de ropa y pasando el control de pasaportes.
Por fortuna, Keith (colegacho y, a partir de ahora, casero) me estaba esperando para conducirme en su furgoneta la hora y media que separan Cork de Leap, un pequeño pueblo en el suroeste de la isla. Un trayecto en el que, por cierto, estuvo lloviendo el equivalente a 1 año pluviométrico en Gran Canaria.
‘Cordón de zapato’, ese el nombre de la casa donde voy a vivir los próximos 6 meses (duración del contrato de alquiler), aunque luego ya se verá, podría ser más, o también menos, y más conociéndome a mí.
¿De dónde viene ese apelativo tan curioso? Pues, aparentemente, de los primeros habitantes que se remontan a la época de la gran hambruna que azotó Irlanda a mitad del siglo XIX y que al parecer, y en consonancia con los tiempos, no tenían un cuarto…”cordón de zapato” es un sobrenombre usado por estas latitudes para referirse a la gente con pocos recursos.
Al llegar y descargar los bultos, Barney (el perro) me estaba esperando con unos gruñidos amenazadores que se tornaron en cariñosos en cuanto me reconoció. Hicimos buenas migas cuando lo conocí un par de meses antes. El truco para llevarse bien con este chucho, mezcla de labrador y otro que no me acuerdo, es darle de comer a todas horas, pasearlo por el prado un par de veces al día y no tocarle nunca las orejas. Si sigues todos estos consejos la amistad será sólida. Si no, aparte de ignorarte como si fueses el Papa en un concierto de Madonna, te puede obsequiar con una de sus perfumadas ventosidades.
La primera noche estaba tan reventado que fue cerrar los ojos y abrirlos otra vez con la luz del día, es decir, las cinco y media de la mañana….Hello!! ¡Verano!, los días son largos y las noches cortas y a mí se me había olvidado.
Una mañana de Sábado empleada en deshacer maletas, ordenar ropa, libros, ordenador, etc y salir a comprar viandas y enseres necesarios entre los que no podían faltar unas buenas botas de agua.
Ah…por cierto, me acabo de acordar: Barney es mezcla de labrador y Jack Russell. Si, el misterio de la naturaleza que, en ocasiones, obra estos hechos tan imaginativos.


“…una batalla se libra en tu cabeza
y te destroza por dentro,
intentas encontrarle el sentido a algo que ni siquiera puedes ver,
intentas buscarle el sentido y sabes que una vez tuviste la clave.
Pero eso era el río y esto es el mar…”

This is the sea – The Waterboys