Esto no es ningún epílogo a la trilogía, la historia terminó en el post anterior. Sorry, no pude reprimirme y sacar aquella foto al texto del móvil, pero es que al subir la montaña y ver la cantidad de acontecimientos que me estaban ocurriendo, sabía que en algún momento tendría que plasmarlo por escrito en el blog.
Tal vez podría añadir que el descenso fue rápido y sin contratiempos, que conseguí evitar la lluvia por los pelos y que, a pesar de mi aspecto impresentable, me di un garbeo por el centro de visitantes para que las trabajadoras comprobaran in situ que había regresado de una pieza y por tanto, no era necesario llamar al grupo de rescate. La sonrisa se me borró de la cara cuando me preguntaron por el punto exacto donde había abortado la misión y me había dado la vuelta…grrrrrr!!
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Voy con algunos datos que pueden interesar, nunca se sabe, a los que alguna vez decidan darle una oportunidad a esta caminata.
Dificultad, duración y longitud
Aunque en algunas guías le otorgan la dificultad ‘dura’, yo me inclinaría más por etiquetar la ruta como moderada. La mayor parte del sendero es sobre un firme seguro y son pocos los tramos técnicos, por así llamarlos. Es cierto que en condiciones de viento y temporal el asunto cambia, pero ‘cruces de cable aparte’, la caminata no es excesivamente difícil ni mucho menos, siempre y cuando se esté en una forma física aceptable (lo que tampoco era mi caso).
La longitud –ida y vuelta- es aproximadamente de unos 7 kms. para los que hay que calcular entre 2 y 3 horas. Yo tardé sobre 2 horas y poco, pero a buen paso, y sin viento o ‘turba-spa’, se puede hacer en mucho menos.
Existe abundante Información sobre la montaña en internet, la mayoría en inglés, como es obvio. A mí me resultó particularmente útil un artículo del periódico Independent, bastante conciso y muy práctico; por si le quieren echar un vistazo lo dejo aquí. Coincido además de pleno con la opinión del autor del texto cuando afirma que, a pesar de su modesta altitud (442 metros), su cercanía al centro de visitantes y la buena condición del sendero, no debe ser subestimada en absoluto, todo lo contrario, hay que considerarla al nivel de los otros picos de Connemara y con todo el derecho.
El mapa
La perspectiva
Hay que ver como cambia la vista de la montaña según en que lado estemos, por ejemplo, la ya familiar imagen desde el centro de visitantes.
O esta otra, más romántica, si quieren, desde las inmediaciones de la Abadía de Kylemore (de derecha a izquierda, en lo alto, se pueden apreciar los colladitos y las falsas cumbres).
El video
Bueno, les dejo con una bonita recopilación de fotos en time-lapse tomadas por alguien en la montaña en un día sin viento. De momento, se acaban las entradas sobre Connemara aunque espero volver pronto al lugar y disfrutar de nuevo de la magia de los claroscuros, la soledad, los picos, los lagos,…y también, por qué no, del viento y de la turba.
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