El Informe Ryan

A mediados del año pasado salieron a la luz las conclusiones del Informe Ryan (nombre del juez supervisor), sobre los abusos cometidos en Irlanda durante prácticamente todo el siglo XX por instituciones religiosas católicas (especialmente, Hermanas de la Magdalena y Hermanos Cristianos). Un documento de más de 2600 páginas, que tras casi una década de investigación por parte de la Comisión de Abusos Infantiles, puso de manifiesto lo que era un secreto a voces, aunque nadie esperaba la dimensión de las atrocidades cometidas.
El informe revela que desde el año 1930 al 2000, más de 30000 niños y niñas de Irlanda sufrieron malos tratos, violaciones y toda clase de humillaciones físicas y psíquicas en más de 250 centros administrados por la Iglesia Católica (orfanatos, escuelas, reformatorios, hogares de acogida, etc.). Campos de concentración para víctimas absolutamente indefensas en las que centenares de sacerdotes y monjas con total impunidad abusaron cruelmente de su poder en una situación, que tal y como el propio documento expresa, llegó a ser endémica.
Un dossier de torturas, sadismo y pedofilia que harían enrojecer al mismo Dante y que no está exento de controversia, ya que se dejó fuera el nombre de los cientos de implicados (algunos de ellos, al igual que muchas víctimas, ya fallecidos), con el objetivo de que las órdenes eclesiásticas afectadas colaboren con la investigación.
El grueso de la sociedad irlandesa que durante décadas, e instrumentalizados por esferas superiores, trató de mentirosos a los que alzaban la voz pidiendo justicia, ahora se enfrenta con vergüenza e indignación al resultado de esta informe. Las críticas arrecian sobre la Iglesia católica irlandesa, no sólo por los crímenes abominables que han salido a la luz sino, sobre todo, por su cobardía, por la complicidad que tuvo con los culpables y por la intención de ocultarlo todo a cualquier precio. El Estado Irlandés también está en el disparadero, responsable en parte, de la impunidad que la Iglesia gozó durante décadas. A modo de ejemplo, cuando alguna de las víctimas se dirigía a la policía, ésta se hallaba sin un marco legal para actuar y se limitaban a acudir a las autoridades religiosas para comunicarles la denuncia. En casos muy flagrantes los sacerdotes denunciados eran transferidos a otra parroquia como 'castigo' (se conformaba así un círculo vicioso donde los maltratados estaban indefensos y los sacerdotes 'traviesos' eran enviados a lugares donde volvían a perpetrar los abusos con nuevas víctimas).
Esta semana (y esa es la razón que me ha llevado a escribir esta entrada) el Papa Benedicto XVI, se ha reunido con los máximos responsables de la Iglesia católica en Irlanda (obispos y cardenal) para tratar el asunto, cuando ha visto que la bola de nieve estaba alcanzando un tamaño difícil de manejar y es que al informe Ryan le ha seguido el informe Murphy del pasado noviembre (que es más de lo mismo pero circunscribiéndose al área de Dublín) y donde los abusos están más cercanos en el tiempo. Por tanto, antes de que la bola se convierta en una avalancha que lo engulla todo, el Papa va a escribir una carta pastoral a los irlandeses, donde pedirá perdón, condenará a los culpables, buscará cabezas de turco, dirá que todo se debe a 'manzanas podridas', en este caso muchas (casi 500), tratará de mitigar el dolor de las víctimas con dinero, moverá hilos para llegar a acuerdos extrajudiciales, y desviará la atención diciendo que esto son hechos puntuales que no deben empañar la labor de evangelización, la transmisión del mensaje de Cristo, etc., etc. Carpetazo al tema, y a otra cosa, mariposas. Hay que seguir gozando del poder que atesoran, que mengua, pero que sigue siendo mucho.
Mientras tanto, seguiremos deleitándonos con las dosis de hipocresía y cinismo a los que ya estamos acostumbrados y a perlas dialécticas para enmarcar, como la del arzobispo de Westminster, cabeza de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales, que si no llega a ser por el drama que hay detrás, sería hasta graciosa: "No dejemos que estos hechos ensombrezcan todo el bien que estos sacerdotes obraron durante su oficio". O sea que igual las víctimas deberían aún dar las gracias por ser vejados y sodomizados, porque al fin y al cabo, es lo mínimo ya que le estaban regalando la comida, un techo y 'educación'.

¿Cuál es mi opinión personal sobre todo este asunto?

Cada uno tiene la suya, y la mía es tan respetable como las demás. No voy a decir que todos los curas sean iguales y que hay que coger antorchas y salir a quemar iglesias, pero sí que ser miembro del clero no debe conllevar un tratos especial.
Para empezar, creo que los países deberían ser laicos, que la religión debe ir separada de todos los estamentos civiles. Que la doctrina (cualquiera que sea) podría ser una asignatura optativa en el colegio (nunca obligatoria). Que los gobiernos (incluyendo España) deberían revisar los tratados con el Vaticano (Concordatos)...En algunos de ellos la justicia civil se inhibe y deja todo (sentencias y penas)en manos del derecho canónico, que es un entramado que se pierde en cuestiones filosóficas (la confesión, lo que es delito o sólo pecado, etc...).
Lo que ha pasado en Irlanda, no debería de volver a ocurrir y sin embargo tengo la sensación de que es sólo la punta del iceberg y además no es la primera vez que se da...Abusos en Australia, Canadá, Sudamérica, EEUU (el 4% de los curas católicos según fuentes de la BBC). En España, la Universidad de Salamanca concluyó en un estudio de los años 90, que el 10% de españoles que sufrió abusos sexuales en la infancia fueron causados por un sacerdote católico. En fin, que una buena parte del clero se empeña en contradecir al Sumo Pontífice que ha condenado reiteradamente estas prácticas, y en una frase -perdón porque el tema es serio, pero me hace muchísima gracia- subraya que "sacerdocio y pederastia son incompatibles"

Para terminar:
La Iglesia en el siglo XXI aún sigue teniendo una autoridad inconmensurable, está infiltrada a todos los niveles sin excluir la política y lobbies de influencia. Se sabe herida porque la sociedad avanza a un ritmo vertiginoso al que es muy difícil adaptarse (igualdad de derechos, igualdad de sexos y un largo etcétera), pero lejos de amilanarse lucha ferozmente por seguir acaparando poder, intentan cambiar leyes y derrocar gobiernos. Opinan sobre materias que les vienen largas (aborto, células madre, ...) sin dar crédito a los investigadores -ateos, sin corazón-, No saben que hacen el ridículo y que dentro de algunos siglos se tendrán que retractar como hicieron con Galileo.
Esta Iglesia que ha conseguido a través de los tiempos establecer una posición de control a costa de una masa ignorante, el caldo de cultivo perfecto donde trabajar con la más útiles de las herramientas para dominar al pueblo (el miedo), donde todo (bueno o malo) se justifica si es en el nombre de Dios...Y donde si no haces lo que te dicen...te condenarás y tu alma arderá para siempre en el infierno. Esta Iglesia, lo siento, pero a mí, no me a señalar el camino ni me va a dar lecciones de moral.
Y ahora hermanos, no quiero finalizar sin comentar que el pasado miércoles fue miércoles de ceniza y por tanto estamos oficialmente en Cuaresma, un tiempo para la reflexión y el silencio...Recemos por todos los curas pederastas, protagonistas de esta entrada, que en el fondo son sólo humanos y pecadores. Oremos para que al final obtengan el perdón divino.

"... Se ha reunido el cónclave romano
y han decidido que te han excomulgado
por lo que vienes diciendo,
por lo que vienes contando,
las basuras que vienes soltando...".

Reunión en la cumbre - Los Planetas