Parte de guerra

Hace ya varios días que no llueve (sólo algunas ráfagas intermitentes, tan clásicas de esta geografía), sin embargo, a lo largo de este mes las precipitaciones han sido tan intensas que, con aún algunos días por delante, han conllevado a que este sea el noviembre más húmedo registrado nunca en Irlanda
Hasta principios de la semana pasada la tierra se había empapado tanto que ya no podía recoger más agua y los ríos en general habían aumentado su caudal de forma amenazadora…La población pedía clemencia divina y cuando parecía que le viento y la lluvia iban a remitir, llegó el jueves 19 y el viernes 20 en los que el cielo se abrió y derramó un diluvio de agua que bastó para dejar a la isla entera hecha un campo de batalla.
Miles de viviendas inundadas a lo largo de todo el país, otro tanto de personas rescatadas, carreteras enteras y pedazos de autopistas bajo las aguas, puentes arrastrados por la corriente, cientos de evacuados de hoteles y hospitales, daños cuantiosos en comercios y mobiliario urbano, cortes de electricidad y comunicaciones y un largo etcétera.
A día de hoy, hay aún multitud de lugares anegados, pero parece que lo peor ya ha pasado aunque la gente continúe mirando al cielo con recelo y sigan con especial interés el pronóstico meteorológico que anticipa más lluvias.

Este es un resumen con los datos más relevantes de lo que ocurrió el jueves y el viernes, tan sólo en el área del condado de Cork:
En Cork ciudad, el río Lee, en la peor inundación de la que se tiene constancia, se desbordó (debido esta vez a la lluvia y no a las mareas como en otras ocasiones) y cubrió los aledaños de los canales sobre los que se asientan el distrito comercial y el casco histórico. Entre otros edificios se vieron afectados el Ayuntamiento y uno de los principales hospitales, que quedó rodeado por las aguas, teniendo que trasladar a los pacientes de urgencias a pisos superiores, además de que el personal durante varios días fue transportado por el ejército en botes inflables para poder entrar y salir de trabajar.
En pueblos cercanos a la costa como Clonakilty, Skibbereen o Bantry, aparte de cuantiosos daños materiales, hubo que construir diques, a veces sin éxito, con miles de sacos de arena para contrarrestar el efecto de la pleamar (en numerosas localidades de Irlanda, la marea alta llega bien al interior siguiendo el curso de los ríos y recorre la longitud de los inmensos estuarios o ‘lochs’ de agua salada).
En Leap, cerca del lugar conocido como ‘Hacer algo con poquísimo dinero’, se formó un lago gigante (por sus dimensiones, probablemente perdurará semanas sino meses), y donde antes era un campo donde pastaban los caballos, ahora es residencia de gaviotas y otras aves marinas).
Para terminar, en Bandon, las terrazas de los restaurantes que daban al río, fueron literalmente arrancadas por la fuerza de la corriente y arrastradas hasta mar adentro. Además en Bandon, unos 350 vehículos quedaron para el desguace.
También es esta localidad, el pasado lunes, un extranjero de mentalidad simple, conducía su coche alrededor del núcleo urbano, olvidando que Bandon tiene sus propias leyes automovilísticas (entre las que se hayan: ‘Las obras en el asfalto NUNCA estarán señalizadas’) y atravesó con su coche, antes de que le diese tiempo a parpadear, un escalón (de subida) de aproximadamente 10-15 centímetros de altura y que iba de un lado a otro de la calzada. Fue un milagro que no se le reventasen los neumáticos e incluso pudo continuar su camino, pero no pudo evitar que una de las llantas quedase dañada y por la que se vio obligado a pagar 65 euros para que la reparasen. Este foráneo tampoco se queja demasiado porque, dadas las circunstancias, bastante suerte tuvo de que su coche no se convirtiese en el número 351.

Este es un video grabado el jueves por un vecino de Skibbereen

(Lo peor estaba por llegar, porque a las 6 de la tarde, ya oscuro, subió la marea y el río se desbordó…).

“…A veces parece como que he estado aquí antes cuando escucho que la oportunidad llama a mi puerta
Llámalo sincronización, o llámalo Déjà Vu, yo sólo pongo la fe en el destino, es el camino que elijo…”

Incommunicado - Marillion