Sigo en blanco

Antes de comentar nada sobre el día de hoy quiero añadir las fotos que se me quedaron colgadas del día de ayer, que no son otras que las del pueblo y los alrededores a los que me acerqué, más por curiosidad que por necesidad.

El estuario

Y algunas imágenes sacadas de un camino privado que conduce a un monasterio que descansa en la orilla más tranquila de Leap.

El Monasterio de Los Misioneros de Sagrado Corazón (si no me equivoco al traducirlo).

El camino es privado pero se puede caminar por el mismo, e incluso conducir hasta ciertas zonas.

Parece una postal cumbrera, pero esto es un riachuelo desembocando en el mismo mar.

Un par de videos grabados ayer en la misma zona

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Ayer por la tarde no nevó nada ni tampoco durante la noche.

Esta mañana quedaba yo diría que el 90% de la nieve que cayó ayer, pero congelada (ya se pueden hacer muñecos), además el lago de aquí abajo luce una capa superficial de hielo, pero sin el espesor suficiente para hacer la tontería que he llegado a hacer alguna vez.

Antes del mediodía opté por pertrecharme de varias capas de abrigo, gorro, guantes, botas, bastón de caminar y dirigirme a la gasolinera del pueblo (único lugar en el que ahora mismo es posible avituallarse de lácteos y productos frescos). No había andado ni 3 minutos cuando comenzó otra vez una ventisca de nieve bastante importante, pero ya sin posibilidad de marcha atrás, además, quitando cierta incomodidad, es una experiencia que se puede llegar a disfrutar, por momentos me sentía un personaje sacado de algún libro de Jack London.

Aquí un ejemplo de como los copos de nieve pueden azotar caer horizontalmente.

Una vez realizadas las compras y después de compartir algunas bromas con los lugareños reunidos en la gasolinera  (uno me intentaba convencer de que le comprara el 4x4 porque si seguía el temporal me iba a morir de hambre). Antes de regresar a ‘Cordón de zapato’ y visto que la nevada iba in crescendo, decidí hacer una última parada de repostaje, aún a expensas de que seguramente iba a ser objeto de más chascarrillos, pero era un pecado no dejarse caer en un día como hoy por el centro de reunión por antonomasia: el pub.

Un pequeño video grabado desde el interior.

A pesar de que afuera la temperatura fuese de –5 ºC, los había que se tomaban su fresca pinta de cerveza,  no obstante y bajo recomendación, yo me incliné por un whisky caliente:  algo así como una bomba isotónica reponedora del calor corporal, de la tensión arterial y estimulante de la lengua (el órgano) en idioma extranjero. Un cóctel de whisky, agua muy caliente, azúcar, limón y algunos granos de clavo.

Exquisita;  pero hay que ser prudente porque baja rápido y fácil, tanto, tanto,…que al final acabé pidiendo otra.