Hoy es un día histórico, pero no ha sido un camino de rosas. Fue hace solo 22 años -en 1993- en que las relaciones entre personas homosexuales fueron descriminalizadas. Irlanda fue, de hecho, uno de los últimos países occidentales en dar este paso, pero Irlanda es también una nación joven y, una nueva generación nacida tras esa fecha pudo votar ayer para sentar las bases de un futuro socialmente más justo.
La campaña no ha sido fácil: tensión entre ambos bandos y acusaciones de agresividad y deshonestidad, pero al final, en mi opinión, el pueblo irlandés ha sido muy valiente y no se ha dejado vencer por el argumento del miedo. Tienen mi más sincera admiración todas las personas e instituciones que arriesgaron y se posicionaron claramente a favor del sí y a la gran implicación de personalidades de la política, la cultura, el deporte y de todos los ámbitos de la vida irlandesa.
Un capítulo aparte se merecen todos los emigrantes que dejaron los países donde viven actualmente para acudir a la llamada de las urnas bajo el hashtag #hometovote dejando imágenes que calaron mucho ayer entre el colectivo de votantes más jóvenes e impulsando una participación que al final ha decidido la victoria del sí. Un triunfo que parece generalizado geográficamente, pero habrá que esperar hasta el recuento final para poder interpretar los datos.
Repito, para que se le otorgue a este acontecimiento la transcendencia que merece, Irlanda se convertirá en el primer país del mundo donde el voto popular reconoce el derecho a contraer matrimonio a todas las parejas independientemente de su condición sexual y también el primero en el que esta importante media queda amparada bajo su Constitución.
Actualización
RESULTADO OFICIAL
SÍ: 62.07% Total votos (1.201.607 )
NO: 37.93% Total votos ( 734.300)
Participación: 60.52%
El sí ha ganado en 42 de las 43 circunscripciones electorales sin hacer distinción entre edades, regiones urbanas y rurales y estrato social. Una victoria absolutamente contundente.
El impacto de esta jornada histórica ya catalogada como
auténtica ‘revolución social’ solo podrá ser medida con la perspectiva del
tiempo, de lo que no cabe duda es que hoy es un día para estar orgulloso de
vivir en esta pequeña isla al oeste de Europa.
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