El plan de Michael O’Leary de Ryanair para dominar el mundo

Hace unos días, diversos medios irlandeses se hacían eco del rumor de que, el mediático Michael O’Leary, director ejecutivo de la aerolínea irlandesa Ryanair, había sido invitado a la próxima reunión del Club Bilderberg que tendrá lugar en Austria dentro de unos meses. Como todos saben, este selecto grupo está formado por las personas más influyentes del mundo político y de negocios a escala mundial y sus miembros suelen organizar una conferencia anual a la que solo se asiste por invitación. El encuentro siempre se rodea de un halo de oscurantismo y las actividades realizadas o las decisiones tomadas se mantienen en el más estricto secreto; este celo alimenta las teorías conspirativas sobre quien maneja el poder en la sombra, si el destino de la humanidad está en manos de solo unos pocos y, si de hecho, nuestras vidas ya están teledirigidas por hilos invisibles que parten de estas grandes esferas. Como bien apuntan en tono jocoso desde algún periódico nacional, si como muchos sospechan,  la verdadera intención de Michael O’Leary es convertirse en amo y señor del planeta, desde luego, con esta invitación, va por el buen camino.

 Por si el sector de la aviación en Irlanda estuviese poco revolucionado en las últimas semanas con las negociaciones entre IAG y la aerolínea Aer Lingus participada por el gobierno, ahora se añade este otro rumor, al cual, por cierto, no se ha desmentido desde Ryanair o, como mucho, algún directivo lo ha negado con la boca pequeña lo que no hace sino alimentar las especulaciones.

Del personaje en cuestión, el señor O’Leary, se podría escribir una enciclopedia completa y dudo que a estas alturas quede alguien en el mundo occidental que no haya oído alguna vez hablar de él o visto alguna de sus polémicas ‘performances’ de marketing. Ha sido catalogado de excéntrico, provocador e inmaduro,… por resumir una lista de calificativos, frecuentemente ofensivos, que se podría extender mucho más. Aún así, para desesperación de sus detractores, las críticas negativas nunca le han hecho demasiada mella, ya sean estas justas o parte de campañas de difamación. En lo personal, comparto una opinión que ya he escuchado por ahí: Michael O’Leary me cae más mal que bien, pero le confiaría ciegamente mis ahorros para que me los gestionase.

Volviendo al tema de su posible unión al Club Bilderberg, es algo que no debería sorprendernos pues dentro de los logros como empresario está el de haber transformado en las últimas décadas gran parte del sector de viajes, turismo y transporte aéreo europeo. Quién sabe, tal vez pueda aportar nuevas ideas a un grupo de poderosos que se me antojan conservadores y poco dados a los cambios. ¿Los convencerá para apostar por el negocio low-cost? Como es obvio, el propio O’Leary se traslada en su propia flota de aviones, pero ¿veremos en el futuro a algunos de estos grandes magnates viajando ocasionalmente con Ryanair? ¿Le dará un toque de color a su encuentro con el grupo de poderosos?, ¿irá vestido tal que así?

  
     
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Reconozco que el pequeño troll que llevo dentro siente admiración por alguien que estando al mando de una mega compañía tenga los huevos sea capaz de presentarse ante los medios de esta guisa.  Es más, siento un profundo respeto por alguien que se describe en la biografía oficial de la web corporativa con las siguientes palabras:

“Nacido en un establo en la Navidad de 1961. Fue un súper dotado que destacó tanto académicamente como en los deportes. Después de representar a Irlanda en Buceo de Turbera y Arreglos Florales, se graduó en el Trinity College de Dublín tan pronto y como pudieron deshacerse de él. Se convirtió en otro aburrido contable de KPMG hasta que la divina providencia lo sentenció a servir de por vida en el sector de la aviación, ya que es absolutamente incapaz de trabajar en cualquier industria que funcione de forma normal. […] Teniendo que soportar un asombroso parecido con el hermano menor de George Clooney, es por todos sabido que la mayoría de las féminas lo consideran (tristemente) resistible”.

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¿Michael O’Leary manejando los hilos del mundo? Lo dudo, pero que quieren que les diga, si se pudiese elegir, yo preferiría a alguien como él sin ningún sentido del ridículo a cualquier amargado o amargada con semblante gris y sin sonrisa.